CARTAS AL CIELO

HABLAR CON QUIEN YA NO ESTÁ.

 

 

 

Pequeño Sergio, sé que todas las noches juegas con las estrellas, Y lo haces para que sepamos por donde estás, ¿verdad? GRACIAS, sé que lo haces para que te veamos.

 Por aquí abajo dicen, que cuando uno sube, ya no lo ves más, ¿verdad que es mentira? Cada vez que cae la noche veo como miles de estrellas se enciende y se apagan, como si alguien las moviese, y tu recuerdo viene a mi memoria. Aunque que sé, que muchas veces bajas y que acompañas a tu tío en cada viaje, a veces se pone muy nervioso, tiene un trabajo duro, aunque ya sabes que le encanta, pero pensar en ti, le tranquiliza.

 Has visto qué tatuaje más chulo, habrá tíos que quieran a sus sobrinos, pero para tu tío, eras y serás, lo más grande que nunca ha tenido. Los abuelos, ya los ves, no saben vivir sin ti, pero son fuertes e intentan sobrevivir. Tu tío, el menor, trabajando que alegría, verdad, seguro, algo tuviste que hacer para echarle una manita. Tu tía, tampoco te olvida, no hay otro ángel rubio en su corazón.

Y papa, pues… ya sabes lo reservado que es. Pero nunca habrá amor más grande que el que tú le diste. Yo sé que estás ahí arriba. Y te veo feliz con tu pelo moderno y esa sonrisa que no se me borra de la memoria. Sabes una cosa, he visto gente que se ha ido, pero como tu partida no sé, nunca se me había quedado tan grabada. Vaya año tan tonto, nos ha tocado con esto del virus, yo no me quejo la verdad, mi vida no cambio mucho y como dice tu tío, esta pandemia ha hecho que ricos y pobres nos pongamos a la misma altura. Espero que este año nuevo 2021, juzguen a esa señora que te parió. Lo siento, pero solo la puedo llamar así, no son horas para decir palabrotas. Tú, sigue cuidando a los tuyos desde ahí arriba, que desde abajo ellos te siguen cuidando y queriéndote cada día más. Gracias de mi parte, porque cada vez que veo las estrellas, y estoy triste, me acuerdo de ti, y del dolor de tu familia, y al final pienso que mi problema es menos.

 No hace falta que te diga, lo orgulloso que puedes estar de tu familia, pero hay uno en especial, (ya sabes quién) esa persona es muy grande, y por fin se ve como es, poco a poco se va dando cuenta que vale mucho, yo estoy harta de decírselo. Ahora él, se está viendo como es, y eso me provoca una gran felicidad, pero no le digas nada, que luego se lo cree. Bueno maquinista, cómo estamos en Navidad, sé que habrá una estrella en el cielo que brillará más que todas, y no es la de Belén, sé que esa estrella serás tú, para que levantemos nuestras copas y brindemos contigo. Feliz Navidad, Sergio y sigue cuidándonos.


 

MI ESTACIÓN DE TREN,MI FAMILIA ,MI HOGAR.

EL MAQUINISTA DE LAS ESTRELLAS

 

Ya no queda andén donde parar, 

ni vías por donde andar, 

el tren de sus vidas, se paró un día que nadie pudo imaginar. 

Era el maquinista, un rubio alegre que solo quería jugar, y a su estación favorita   siempre quería llegar.

Allí estaba su familia, allí estaba su hogar y siempre con alegría esperaban su llegar.

 Cuando se bajaba del tren, no podía esperar y el camión de su tío ya quería llevar.

 Maquinista de día y chófer de noche, lo importante era jugar. 

Un día su familia se empezó a extrañar, pues el tren tardaba más de lo normal, y fue duro enterarse, de que el tren ya no pararía más en la estación, que tanto le gustaba llegar.

 Le rompieron sus vías, para que no pudiera parar, en su estación, en su hogar. 

Otro trayecto lejos le tocó en su lugar, y con su tren por las estrellas le tocó viajar, pero como buen maquinista no se olvida de su hogar y una señal luminosa deja al pasar, para que desde su estación favorita lo puedan divisar.

Miren bien hacia arriba y sin duda lo verán, son las estrellas que más brillan, las que te dirán por donde va. No hay maquinista en el cielo que brille más, que el rubio alegre que solo quería jugar. Ni su familia lo olvida, ni él tampoco lo hará, mientras queden estrellas en el cielo, de entre todas… las que brillan más. 


 

HÉROES Y SUPERHÉROES
 

 

DE HÉROES Y SUPERHÉROES.


Todo el mundo adora a los superhéroes, esos personajes  valientes que luchan contras las injusticias  sin a veces importarles su propia vida, todo por ayudar a quien lo necesite.

  Esos superhéroes fuertes, algunos con superpoderes para poder ayudar a luchar contra el mal. Vemos en la televisión, incluso en el cine, esas batallas cargadas de adrenalina, de coraje, y valentía que cuando termina la película estamos cargados de fuerza con ganas de comernos el mundo, pero nos montamos en el coche camino a casa y volvemos a la realidad. Pero esa es la misión de un superhéroe, hacerte invencible por unos minutos.
Pero en la vida real hay otro tipo de héroes, a veces circunstancial y otras porque no te queda más remedio que ser fuerte. Hace tiempo conocí a un HÉROE, sí, con letras mayúsculas, y al conocer a su familia me di cuenta de que todos eran héroes. Héroes, porque su vida no fue nada fácil, y no tenían  superpoderes para luchar, pero tenían un arma que no todo el mundo sabe manejar, Amor de familia. Juntos pasaron las más difíciles misiones, pero la vida que es muy cabrona les tenía preparada una de las peores luchas. Para mí es admirable esta familia, como juntos intentan sobrellevar el peor golpe de su vida. Yo que no soy capaz de escribir estas palabras sin derramar lágrimas, que me tengo que parar a respirar y pestañear rápido porque las lágrimas y la congoja se apoderan de mí, que cuando llega la noche me acuerdo e intento  no llorar, pero no puedo, no puedo ni imaginarme el dolor de esta familia. Solo puedo decir que están ahí en pie, no sé bien como ,pero todos juntos a uno, y que aquí no se cae nadie. Por qué  cuando uno se cae otro lo levanta. Uno de mis héroes favoritos ,me enseño esta frase:
Dios da las peores batallas a sus mejores guerreros, porque saben que su valentía, les hará luchar hasta el final.
Qué razón tenía, pero joder hasta el más valiente se cansa de  ser fuerte, de  lidiar con los peores enemigos. Pero como os decía, mi héroe favorito es un luchador nato, está acostumbrado a luchar, y a defender a los suyos. Hoy, más que nunca, luchará como el más grande de los héroes, y esa valentía, esa fuerza y ese coraje, se tiene dentro o no se tiene. Yo os aseguro que este héroe la tiene, y  luchará esta el final, con su mayor arma,  SU FAMILIA, porque no sé si es el Fernández o quizás el López, el que le da fuerzas, pero en esta misión llena de injusticias, por un Fernández se hará justicia. 


              Octubre 2019

 

Un adiós, sin decir palabra.

Ese adiós que nunca se dice con palabras, ese, que nace en el corazón, en un rinconcito entre tristeza y decepción. Es un lugar que no le damos importancia, donde pasamos de largo, por qué no queremos ver la realidad de lo que tenemos delante. Pero ese rincón donde echamos la tristeza y se va acumulando, va comiendo terreno y cuando menos te lo esperas, de quien menos imaginas, en el momento más feliz, se apodera de tus alegrías y las hace añicos.
* Viene de una madre que, nunca se preocupó de sus hijos o de un hijo, de deja a sus padres en una residencia y nunca va a visitarlos.

Viene de esa amistad que te traiciona, de tu jefe de hace 15 años que dice que ya no le haces falta. Son esos momentos que evitamos, hablar del tema, que el paso del día a día, creemos que se solucionan solos. Pero lo único que conseguimos es que nos sumerjamos poco a poco en una gran tristeza. Entre muchos motivos por no romperle el corazón a esa persona que te quiere. Pero tú te mueres por dentro, te vas apagando, algunos viven en un estado de cabreo constante, otros son almas en pena que nada tienen que les haga feliz. --- Pero el adiós más doloroso, es el del Amor.

El amor, todo una revolución de sentimiento, una explosión de júbilo, pero cuando hay que decir adiós, hay un desgarro del alma. Enamorarse de quien no te quiere… querer a quien no se debe… querer estar juntos, y no estarlo… morir de amor estando viva. Ver pasar los días decorados con una sonrisa, y robarle minutos al tiempo, para estar distraída y no dejar de pensar en lo que podría tener y no tengo.
No hay que llorar por lo que no se tuvo, y dar gracias por lo vivido. Tener el placer de sentir algo que muchos no han sentido, aunque fuese mirando el reloj y poder robar unas horas de tu día a día. Esas mentirijillas para poder escapar y ver a la otra persona aunque tan solo diera un segundo. Esos abrazos que atraviesan mi piel y que llegan al corazón, esas miradas que solo vosotros sabéis lo que quieren decir.

Esas llamadas de teléfono tan largas, que nos parecían cortas, siempre con tantas cosas que contar. Esos momentos tristes, que uno o el otro, intentaban poner una nota de gracia para intentar sacar una sonrisa entre lágrimas. A todo y eso más, le dices adiós. Las palabras no quieren salir, tus lágrimas, no quieren que veas, tu corazón deja de latir, y todo tu cuerpo se paraliza. Tu cabeza tiene el discurso preparado, lo escuchas desde dentro, pero tu cuerpo no te acompaña, tu corazón se niega, a quedarse sin esas sensaciones.


 

 

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