A MIS QUERIDOS CONDUCTORES.(junio.2019)
 

Hay mucha gente que tienen por profesión, conductor de algún  transporte, de personas o mercancías. Es un trabajo, que no todo el mundo aguanta. Algunos con rutas cortas, otros con largos trayectos. Pero en mayor o menor medida es un trabajo solitario. Gente que llevas de un lado a otro, donde la conversación es corta o estrictamente  correcta, o donde llevas mercancía de allá para acá. Después están esos camioneros de tráiler, de largo  y corto trayecto, donde a veces, por compañía, alguien  que quizás no tengas nada en común, un compañero, asignado ese día, donde se sienta a tu lado, a hablar  de cosas sin sentido, o simplemente no compartes ideología con él. Cuando  a ti solo te apetece escuchar tus pensamientos. Y le toca a él, llevar esos miles de kilos, capaces de atravesar  un muro, cuando todavía  ni  ha pisado el freno, mientras tú deberías de descansar, pero si no eres tú quien lleva el camión no estás tranquilo. Esos  que trabajan  bajo presión, donde su mayor carrera es robarle tiempo al tiempo, donde cada minuto cuenta, y contar minutos es su día a día. Donde el almorzar, es lugar de encuentro, de  compañeros de faena, que poco a poco se convierten en familia. Y aunque a priori conductor y camionero parezca lo mismo, no se parecen ni en las letras que describen a cada uno.

CONDUCTOR.

Es esa persona que se monta en un camión, autobús o tráiler, y lleva y trae mercancía de un lado a otro. 

Camionero.

ES UN ESTILO DE VIDA, es sentir el  camión como parte de ti.  Para ser camionero, tienes que mancharte de grasa, tienes que sentir el olor a la gasolina, haber vivido mil y una experiencias  a veces muy duras, y jodidas, donde estás tú solo, donde cuando es algo divertido lo cuentas a tu gente, pero cuando las pasas putas te las callas para no preocupar a nadie. Hay camioneros que únicamente saben montarse en el camión  sin sentir el camión, sin escuchar su rugir, porque camión te habla si lo sabes escuchar, pero que solamente se preocupan de cobrar a final de mes, sin pararse dos minutos a preocuparse de ese amigo que por pies lleva ruedas, y sus ruedas pegadas al asfalto van unidas a tu vida. Ser camionero, como te digo, es un estilo de vida, en su cabeza está como  llegar al destino, cuanto antes mejor, como intentar reducir consumo, incluso aunque no sea de ellos su empresa,. Y cuidan de su camión, porque saben que cuanto mejor esté el camión  mejor se sentirán ellos, es una balanza de vida donde camión y camionero se tienen que entender uno con el otro. Que  no solo hay que tener un carnet, hay que nacer fuerte, tienes que estar hecho de materia dura, porque camionero no es quien quiere, hay que  ser un material especial, y ser  más fuerte que tu propio pensamiento. Que a veces la ruta se pone jodida, que  hay que apretar los dientes mientras rezas lo que sabes. Las lágrimas no te dejan ver la carretera, y tiras hacia delante sin saber si saldrás de esta, y sales con tu esfuerzo y valentía, y con un miedo, por hoy vencido, pero mañana vuelves a la carretera otra vez, y vuelves a luchar con tus miedos. Y deseando tener un poco de tensión para discutir contigo mismo, para despertar al sueño que te quiere dormir, ya que llevas días esquivándolo.

 Donde la radio, por compañía  y la emisora, la manera de comunicarse con tu otra familia. Esos otros compañeros, que están en la carretera  igual que tú, que paran en un área de descanso  muy lejos de su casa y que ese compartirlo, poco  o lo mucho que se tiene con otro, eso hace familia, aunque ya quizás nunca te vuelvas a cruzar con él. Eso es ser camionero, hacer amigos haya donde vayas porque nunca se sabe quién te puede echar una mano.

 Mientras otros, se encierran en su cabina, comiéndose un bocadillo solos, para no tener que gastar,  y por miedo a tener que invitar.  Esos no son camioneros, son solo conductores de camiones que no disfrutan de su trabajo, y prefieren como burros, dormir cada minuto que pueden, con tal de que el tiempo   pase lo más rápido posible, sin saber que otro compañero está aparcado al lado o quizás dándole, igual.   Y quizás hoy  más que nunca necesita hablar con alguien porque lleva horas o quizás días sin ver una cara conocida. Hoy ha sido un día duro, está manchado de grasa y oliendo a gasoil, sin ganas de comer, porque hoy las ha pasado putas, que casi no llega a destino, pero que con orgullo luce sus manchas. Manchas que son como medallas, donde por cojones uno espabila y arregla cualquier avería por, Orgullo de Camionero.

 Porque no hay orgullo más grande para un camionero, que se le complique la noche y por cojones llegar a destino, porque hay que ser camionero para saber afrontar cualquier problema. Te encuentras en la carretera y para eso hay que ensuciarse las manos, y echarle un, (por mis cojones que yo arreglo esto), incluso a veces llegar antes que los conductores que llevan GPS. Esos conductores que no saben qué hacer si no tienen GPS, son como pollo sin cabeza, para algo las siglas lo dicen, gilipollas. Y te paras en las áreas de descanso, no siempre para descansar, sino para hablar con alguien, y ver una cara amiga y recordarte  a ti mismo, que hay mucha gente, como tú, que trabaja, mientras otros descansan. Que no estás solo, aunque vayas solo… Que nadie reconoce tu trabajo, pero tú  disfrutas con tu trabajo. Nadie ve que ponen tus horas de sueño para que el pescado esté en el mercado, a su hora, que las revistas lleguen a sus kioscos, y que a correos no les falten cartas, y hasta una simple bolsa  para que una empresa pueda dar trabajo a  sus trabajadores. Todo eso y mil cosas más es un camionero. Recuerda que mientras tú te metes en tu cama calentita y rodeado de tu gente, hay gente que tienen que tener los ojos bien abiertos para no dormirse, para  que cuando tú abras los ojos no notes  su presencia, pero te aseguro que si ellos durmieran los mismos que tú, notorias su ausencia. Y recuerda que si ves un camión parado  con las cortinas cerradas, quizás ese camionero estuvo toda la noche luchando contra el sueño, los kilos, y algún que otro turismo que se le ha cruzado. 

Recuerda cuando compres  tu ropa, o puedas elegir que comer, en cualquier supermercado, o ese periódico que lees con tu café por las mañanas, recuerda que un camionero orgulloso de serlo, estuvo despierto cruzando de carretera en carretera para que tú lo tengas en tus manos. Así que  agradecérselo es muy fácil, con un simple gesto , cuando pases al lado de un camión, déjale descansar que  su vida ha puesto encima de unas ruedas para que tú de muchas cosas puedas disfrutar. Y a esos camioneros caídos, no los vayas a llorar, ellos no  mueren, solo cambiaron de ruta. Orgullo de camionero que hay que  valer para serlo, disfrutar para trabajarlo y tener dos cojones para afrontarlo. Bravo por esos camiones que hacen de hombres CAMIONEROS. 

 

SOBRE ESAS RUEDA VA,QUIEN AHORA DEBERÍA DESCANSAR.


 

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