PINCHANDO EN RELATOS 1,2,3,4,5 SE DESPLEGARÁ VARIOS TÍTULOS DE RELATOS.
OCTUBRE 2025
MI MÁS BELLO RECUERDO.
Qué rápido pasa la vida, y más rápido las alegrías.
Sé que me hago mayor, y de verdad no me importa, aunque de haber aprendido antes lo que era la vida, la hubiese aprovechado de otro modo. Me hubiese gustado estudiar, viajar, salir con mis amigas, y tener una amistad que me durara toda la vida. Alguien en el que te apoyas cuando necesitas que te escuchen sin juzgarte, y que te quisiera tal y como eres. Me hubiese gustado que mis padres, que se preocupasen por mí, que me apoyasen en mis decisiones, que me enseñasen a luchar y a no tener miedo a nada. Que creyesen en mí y me enseñasen el valor de enfrentarme a la vida. Pero solo me enseñaron a agachar la cabeza, a tragar saliva y a no discutir.
Hoy en día me defendí como pude de la vida, sé que a veces no lo hice bien y terminé haciendo daño a gente que quiero. También conocí a personas que, me hicieron daño, de las que aprendí que es en el dolor, cuando hay que ser, fuertes. Pero he de confesar que precisamente fueron esas personas las que me hicieron fuerte, y en gran medida las echo mucho de menos, y a las que siempre estaré agradecida de haberme cruzado en su camino. Son personas que me hirieron profundamente, me destrozaron, me engañaron y abandonaron, aunque por fuera llevé por escudo una sonrisa. Quizás no fue la mejor persona, pero fue la que más me enseñó. Y es esa persona que sabe cómo soy, o mejor dicho, sabe cómo era antes, porque ahora vivo en una tristeza interior, de la que me cuesta salir y de la que cada día me cuesta disimular. Pero no puedo evitar quererla, porque no la odio y jamás podría hacerlo, pues aún hoy se me escapa una sonrisa, al recordar su mirada. Y por más que me duela, no puedo más que quererlo. Me hizo daño tantas veces que, en mi corazón, ya no quedan pedacitos que recomponer. Y sí, dolió y mucho, dolió descubrir que solo era eso, un pasatiempo que, como un paraguas, no te importa dónde está, pero que buscas desesperadamente cuando llueve. Sin embargo, aunque el dolor está ahí, no puedo odiarlo, solamente puedo darle las gracias. Gracias por hacerme llorar, por sentir el dolor en la boca del estómago, por dejarme sin ilusión, y por perder la confía en la gente. Pero también te doy las gracias, gracias por enseñarme el valor de las cosas bonitas, gracias por sentir lo que nunca sentí, gracias por una amistad casi eterna, gracias por aquellas chinchetas en el mapa, gracias por las risas en la distancia, gracias por existir. Sin embargo, ya no puedo seguir, lo siento. Ya aprendí que el dolor, es algo que duele, que no se cura fácil y me deja sin respiración y sin saber cómo, entro en una tristeza que me cuesta disimular. De verdad que no te guardo rencor, hoy, mientras escribo estas palabras, tengo una sonrisa en mis labios recordando los mil y un recuerdos bonitos que tengo contigo. Con eso me quedo. Eres y serás la persona más especial, que jamás olvidaré, pero que fue necesario conocer para que yo aprendiese. A veces, dejar ir a lo que más quieres, es tu mejor salvación. No pretendo que me entiendas, ya me entiendo yo. Pero nuestros caminos se separan y no quiero que me odies, aun sabiendo que a ti también te hice daño. Te pido perdón. Perdón por mi cabezonería, perdón por mis rabietas, perdón por no saber cuidarte, perdón por no estar cuando necesitabas un abrazo y perdón de todo corazón por cuando necesitabas una explicación y solo obtuviste una boca cerrada. No pienses que por rabieta no te hablo, no, no es eso, callo por dolor. Y no me preguntes por qué, pero estoy llena de rabia, necesito alejarme de ti. Porque se me atragantan las palabras, y la congoja no me deja hablar, mi corazón se quiere salir del pecho, y tiemblo tiemblo cuando te veo. Sé que te estoy haciendo daño, y estoy rompiendo una promesa, pero he llegado a la conclusión ,que si intento cumplirla, la que pierde soy yo. Me mata, me quema por dentro; sin embargo, si me quedo, me muero yo poco a poco, y lo peor es que ni cuenta te das. Apartarte de mi vida, es mi manera de dejar de sentir este dolor que me aprieta el corazón, me ahoga, me hunde y no me deja ser quien soy. Sé que estás mal, y siento mucho abandonarte en este momento, pero no te das cuenta de que yo me estoy muriendo y tú, ni cuenta te das. No puedo ayudarte, y llámame cobarde, pero estoy cansada de sufrir. Siempre que hablamos es para contarme tus males, y si no los tienes, te los inventas y si no existen, te apoderas de cualquier noticia mala. Estás metido en un bucle de sufrimiento, y lo peor es que estás cómodo, sin importar quién sufre por ti. Es como si quisieras autoflagelarte por cualquier cosa mala. Y todavía no te has enterado de que verte sufrir a ti, a mí, es matarme poco a poco. A veces creo que buscas llamar la atención dando lástima. ¿Dónde quedó aquella persona que prefería que le tuviesen miedo, a que le sintieran lástima? Ya no hay risas en tus labios, tu corazón está hundido en rabia, tus ojos, antes con un color alegre y brillante, ahora están oscuros, sin vida y apagados. Y lo peor es que te sientes cómodo autoflagelándote, sin importarte quién sufra a tu lado. Y no, no lo digo por mí que ya tengo en corazón curtido de los latigazos. Y no, no le eches la culpa a la edad, eres tú, tú eres tu propio enemigo. Párate un poquito, mírate en el espejo, ¿de verdad eres ese del espejo? Vuelve a ser quien eras, pero hazlo por ti. Solo puedo decirte que, aunque no te hayas dado cuenta, lo intenté, en serio lo intenté una y otra vez. Quizás no como tú, pero te aseguro que intenté no llegar a este punto. Te disculpé mil veces yo misma. Y no, esto no es otra de mis rabietas, en las que crees que estoy esperando a que vuelvas, NO LO HAGAS, porque te haré daño para que no vuelvas. Es verdad que te echo de menos y te echaré de menos toda mi vida, y toda mi vida hablaré bien de ti, porque eres lo mejor que me ha pasado, y aun llegando a este punto, volvería a conocerte y volvería a hacer todo lo que hice una y otra vez, aunque el resultado fuese a este mismo punto. Me quedo vacía, sin ganas de nada, pero al igual que toda mi vida, alguien llega y me usa, y me guardan en un cajón para cuando les vuelva a hacer falta. Si una cosa descubrí de mí, es que soy más fuerte de lo que creía y que yo también necesito autoflagelarme para llegar a lo más profundo, y es en ese punto donde vuelvo a resurgir. Seguiré echando de menos al que hace mucho ya murió. Ya no queda nada de quien, con tan solo una mirada, provocaba mi sonrisa automática. Quien con tan solo una mirada sabía lo que quería, si estaba bien o acababa de llorar. Pero siempre te recordaré sonriendo y haciéndome sonreír con únicamente mirarme. Guardaré en mí, tu olor, ese que sigo recordando, tu mirada, tu voz y tu sonrisa en mi alma. No lloro por cómo estamos hoy, que me sigue doliendo. Sonrío a tu recuerdo, y ese recuerdo perdurará en mí hasta el día que cierre los ojos, y serán tus recuerdos los que me harán volver a vivir una y otra vez, mi más bello, recuerdo, TÚ.
(despedida de Silvia a Hulio)
Quédate con las cosas buenas que te aporta la gente que pasa por tu vida.
NOVIEMBRE 2024
¿No sabes quién eres?
Yo te voy a decir quién eres.
Eres una persona alegre y divertida.
Eres una persona amable y cariñosa.
Eres una persona única y difícil de entender.
Y sí, eres muy difícil de entender, si no conocen tu pasado, si no te han visto caer y levantarte del suelo 20 veces.
Si no han visto tu falta de cariño, cuando pedías a gritos un abrazo.
Si no te han visto reír cuando necesitabas llorar.
Eres un huracán que lo arrasa todo, eso no lo vamos a negar, pero eres el primero en volver a colocar cada cosa en su sitio.
Te enfadas y gritas y lástimas sin querer, pero no se te caen los anillos si tienes que pedir perdón.
Sabes reconocer tus fallos, tus equivocaciones y aprender de quién te quiere enseñar algo.
Eres dulce, comprensivo, paciente, y altamente impaciente.
¿Quién eres para mí?
Eres mi alegría en mis días tristes, y eres mi tristeza cuando te pasa algo.
Eres mi sonrisa, cuando pienso en tu nombre, y mis mejillas se sonrojan cuando me hablas.
Eres lo mejor que me ha pasado, y el que más me ha hecho llorar, y aunque me quedara sin lágrimas en esta vida, te volvería a encontrar.
Eres con el que aprendí que la vida es una noria, que puedes subir y bajar, pero con amigos que te quieran, puedes con todo y mucho más.
Contigo aprendí a vivir, y tú me enseñaste a amar.
Eres lo mejor que me ha pasado y que quiero que me siga pasando. Sé que soy una cabezona.
Y me cuesta hablar cuando me enfado, y recurro al bloqueo, para cortar por lo sano.
Quiero que sepas que no es el enfado el que no habla, es el dolor de perderte lo que me mata.
Pocas personas quedan ya, para que me puedan hacer daño, pero un mal gesto de tu cara y me tienes llorando.
He repetido muchas veces, que no necesito que me quieran, pero para vivir sin ti, es mejor que me muera. Y nadie se ha muerto de amor, de eso estoy segura, no obstante una vida sin ti sería muy dura.
Te quiero más de lo que digo, te extraño más de lo que crees; sin embargo, me conformo, aunque solo hablemos tres veces al mes. Mi vida ha sido dura y te aseguro que no quiero dar pena, pero haberte conocido ha sido por lo único que ha valido la pena. Me gustaría que te vieses por un día como te veo yo. Y te darías cuenta qué vales un montón.
¿Quién somos los dos?
Somos dos amigos que hemos compartido muchas cosas, muchos llantos y muchas alegrías
. Somos dos personas que con la mirada sabemos lo que pensamos y, según el tono de voz, sabemos si alguno miente.
Vemos la tristeza oculta en el otro e intentamos tragar saliva para disimular lo nuestro.
Prometimos, queremos, aunque cada uno haga su vida.
Y lo seguiremos haciendo, toda nuestra vida. Hay quienes dicen que es amor, otros que amistad, qué más da.
Cada uno cogerá su rumbo, cada uno dirá adiós. Y yo, daré gracias al mundo por haberte puesto en mi vida, y si ahora tengo que decirte adiós, con una sonrisa en mis labios y el corazón roto, te diré adiós. Adiós, espero que si algún día nos vemos ,almenos nos saludemos como cuando te cruzas un vecino en el ascensor .
NO CAMBIARÉ POR NADIE.
Soy un montón de mentiras y verdades.
Soy un tanto alegre, y un tanto gruñona.
Soy un mar de tristeza y un yate de locura a la deriva.
Soy muy sentimental y de llanto fácil, mezclado con risas.
Soy un poco pícara, mezclado con timidez.
Puedo ser ardiente como el fuego, y fría y dura como la ira.
Soy la romántica más dulce y la peor enfadada.
Soy la más habladora y la que nunca habla.
Soy la que nunca se enfada y la que sí enfadada se va sin hacer ruido.
Soy un saco de traumas y una caja de alegrías.
Soy la payasa del grupo, y la más rota por dentro.
No soy nada especial. Soy la más corriente de las locas que intentan hacer reír a todo el mundo, aunque mi mundo esté hundido.
Pero soy como soy y no pienso cambiar, unos me dicen que me engañan por tonta, otros que si no pienso cambiar, y otros que seguiré sufriendo sin necesidad. Y a todos les digo: no pienso cambiar. Si me hacen daño, aprenderé a que no me duela. Si me engañan, aprenderé a ser más atenta, y si me hacen otra vez sufrir, aprenderé a elegir. Y aquí les presento a la que soy como soy y no cambiaré por nadie.
Para ti, solo era una amiga.
¡Solo eres una amiga! Tuviste el valor de decírselo sin pestañear.
Y te lo reconozco, la culpa fue de ella por darte más de lo que tenía, y más de lo que te merecías.
Te dio tiempo que no tenía. Salía del trabajo y te llamaba para saber cómo habías pasado el día. Aparcaba un ratito sus obligaciones, para saber de ti. Te daba los buenos días antes que a sus amigas, para saber cómo habías pasado la noche. Sabía de tu dolor desde aquel fatídico accidente. Y sabía que la soledad impuesta por tu falta de movilidad, te estaba atormentando, aunque nunca lo hayas reconocido. Ha aguantado tus llantos, tus gritos, tus enfados, incluso a veces tus desprecios, y aunque ella no quiera reconocerlo, hasta te has burlado de ella, y ha estado a tu lado. Me ha costado pelearme con ella para hacerle ver que no eras buena persona y siempre te ha defendido a capa y espada. Ni un minuto se ha olvidado de ti, y se sentía mal cuando necesitabas un abrazo y no podía dártelo.
Y tú le recalcabas, que la necesitabas y no estaba. ¡Pero serás egoísta! El remordimiento de no poder ayudarte más, la reconcomía por dentro y nunca era suficiente para ti. Ha llevado sola toda la carga, toda su rutina, todo su trabajo, sus amigas, su familia, todo con la mejor de sus sonrisas. A nadie le contó la carga que llevaba. Yo la veía apagarse cada día más, cada vez más triste, más enfadada con el mundo, llorando en cada esquina, y no me dejaba ayudarla. Dios sabe las veces que la regañé para que se olvidara de ti. Pero no podía, le dolían tus penas más que las suyas propias. Cuando conseguía sacarla de casa para que se despejara un poco, aprovechaba para llamarte. Terminaba llorando, le amargabas el día.
¡Está solo, no tiene a nadie, no lo entiendes! Es mi deber, él me ayudó a mí cuando yo estaba mal. Y con esa frase me callaba la boca. Ella no podía dejarte, y yo no podía dejar que ella se hundiera. No había quien la sacase de su mundo, cuidándote, intentando que no te sintieras tan solo, dándote ánimos, aunque tú le gritaras. Ella que ha vivido tantos momentos duros a tu lado, porque reconócelo, a ella a tu lado, solo se tocó tu parte amarga. Momentos duros que eran tuyos y los vivió a tu lado, estuvo a tu lado aun cuando tú no la veías. Arriesgó pareja, amigos, familia y trabajo por intentar entenderte y sigues diciendo que solamente era una amiga. Ella que nos cambiaba los planes a última hora por ir a donde tú querías.
¿Por favor amigos, entenderlo necesita ir donde conoce gente?
Y allá que íbamos por ti, no por él. Me repateaba escucharle decir:"No necesito a nadie para salir a tomar un café", y la buscabas a ella como excusa para luego dejarla apartada y charlar con tus amiguitos. Ella se ha puesto en tus zapatos más veces que nadie y ha calmado tus tormentas aparcando las suyas. Ha llorado por tus tristezas, ha reído tus chistes sin gracia, ha escuchado tus monólogos atentamente, aunque fuera la cuarta vez que se lo contabas. Y sigues diciendo que solo era una amiga. Ok. Ahora tienes alguien nuevo a tu lado, no me atrevo ni a llamarle pareja. Has pasado de llamarla 24 horas al día, a de repente no tienes ni un segundo ni para preguntarle cómo está. Te lo digo yo. Está mal. La apartaste de tu vida como quien tira un clínex después de usarlo. Te juro que entiendo que tengas pareja. Que todo el tiempo sea para la pareja y espero de verdad que estéis muy felices. Y de la que ni te acuerdas, está contenta por ti, dice que así, si te pasa algo, no estás solo. Pero yo no, lo siento, pero dejarte a mi amiga abandonada a su suerte, te apartaste de tu lado como quien se quita un bicho de encima y ahora se esconde su dolor con un. Estoy bien, gracias.
Sin embargo, que no se te olvide una cosa, jamás encontrarás a nadie que te quiera como mi amiga. No te preocupes por ella, es más fuerte de lo que tú fuiste nunca. Y aquí estoy yo para animarla y que vuelva a ser la luz que ilumina a todos a su alrededor. Sabes, está aprendiendo a olvidarte y solo preocuparse de la gente que la quiere de verdad y de quererse ella misma. Se está acostumbrando a que no la necesites, a que no la llames, a pasar días sin saber de ti. Sé que no le resulta fácil porque son años intentando hacerte feliz a ti. Tampoco te quito méritos, gracias a tus tormentas descubrió que era más fuerte de lo que creía, y más valiente de lo que le decían los demás. Descubrió que no había montañas, muros, ni opiniones de nadie cuando ella creía en algo, y sabes, ella creía en ti. Veía en ti alguien especial, tan especial que ni tú te dabas cuenta. Y sé que, aunque me lo niegue mil veces, sé que solo conoció el amor cuando te conoció a ti. Ese amor de mariposas en el estómago, de mejillas coloradas y de nervios a flor de piel. Creyó todas tus mentiras, todas tus te quiero, todas tú eres lo mejor que me ha pasado. Perdió trabajo, amigos, y hasta algunos familiares, y cuando peor estaba, vas y la dejas.
Le dolió que nunca la llamaras, que nunca le preguntaras cómo estaba. Pero claro, solo es una amiga, ¿verdad? Me va a costar animarla y que vuelva a ser aquella mujer, que era antes. Y volverá a brillar, lo sé, y a sonreír y a ver la belleza de un amanecer, y volverá a creer que existe gente buena y a contagiar con su sonrisa a medio mundo. Y no, no se olvidará de ti, la conozco, pero pasarás a ser un viejo amigo de un tiempo atrás. Solo te deseo que te quieran y te cuiden como lo hacía mi amiga. Ella volverá a brillar, te lo aseguro. ¿Pero tú, podrás vivir sin la luz que guiaba tu camino? Te respondo yo. ¡NOOO!
Nunca jamás encontrarás a nadie que te ame y te cuide como ella. Di adiós para siempre a la que solo era, una amiga más.